lunes, 8 de diciembre de 2025

El ambicioso plan de España para el coche eléctrico supone una oportunidad para China

La ambiciosa estrategia de España podría depender de la captación de más inversiones chinas, lo que daría a las empresas chinas una mayor influencia.


El ambicioso plan multimillonario de España para convertirse en el líder europeo del mercado de vehículos eléctricos supone una oportunidad de oro para las marcas de automóviles chinas, que podrían ser fundamentales para el éxito de la estrategia.

 

El Plan España Auto 2030, presentado el miércoles, pretende movilizar fondos públicos para ofrecer subvenciones a los consumidores, apoyar la construcción de estaciones de recarga y ayudar a la industria automovilística española (que representa alrededor del 10% de la producción económica del país) a sumarse al auge de los vehículos eléctricos.

 

El Gobierno tiene previsto gastar 400 millones de euros el próximo año en subvenciones directas para la compra de vehículos eléctricos y otros 300 millones de euros para ayudar a construir más puntos de recarga, según el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien destacó que el plan se centrará en hacer que los vehículos eléctricos sean asequibles para los hogares de clase media y trabajadora.

 

Harald Hendrikse, director de investigación automovilística de Citi, afirma que el plan provocaría un fuerte aumento de las ventas de coches eléctricos en España, ya que las subvenciones reducirían enormemente los precios. El coste de un coche de 25.000 euros podría reducirse entre 7.000 y 9.000 euros, una suma significativa para los consumidores, señala.

 

Las marcas de automóviles chinas, que están expandiendo rápidamente su presencia en el mercado europeo, también se beneficiarían, según Hendrikse. "Los chinos han sido muy importantes en el impulso de las ventas de vehículos eléctricos en España hasta ahora", afirma. "Es difícil ver cómo esto no va a ser beneficioso para los chinos".



BYD, el principal fabricante de vehículos eléctricos de China, vendió más de 22.300 coches en España durante los primeros 11 meses de 2025, lo que supone un aumento del 452% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos de la asociación española de concesionarios Faconauto.

 

Leapmotor, otra marca china copropiedad del grupo automovilístico multinacional Stellantis, vendió 2.533 unidades en España durante el mismo periodo, lo que supone un aumento de más de 30 veces con respecto al año pasado.

 

El nuevo plan español también refleja la intensificación de la competencia en la industria automovilística europea, con varios actores compitiendo por atraer la inversión china y los puestos de trabajo altamente cualificados que esta conlleva, según los analistas.

 

A finales del siglo XX, España era uno de los principales centros europeos de fabricación de automóviles de bajo coste, lo que permitió a la industria automovilística del país convertirse en la segunda más grande del continente. Sin embargo, ahora se enfrenta al reto de países de Europa del Este más baratos, como Hungría, donde varias empresas chinas líderes en vehículos eléctricos ya han establecido bases de producción.

 

Hendrikse afirma que España Auto 2030 es la apuesta de Madrid para salvar su industria automovilística, una opinión compartida por Miguel Otero-Iglesias, investigador senior del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid, quien destaca el amplio apoyo con el que cuenta el plan por parte de fabricantes, proveedores, sindicatos y diferentes niveles de la Administración.

 

"En realidad, todas las partes interesadas están involucradas en esto", afirma Otero-Iglesias. "Es algo bastante impresionante y bastante inusual para España".

 

Pero España solo podrá alcanzar los objetivos establecidos en el plan (como garantizar que el 95% de los coches fabricados en el país sean eléctricos para 2035) si China participa, según Otero-Iglesias. "Es obvio, porque China es la mejor en vehículos eléctricos", afirma.

 

España ya ha atraído algunas inversiones chinas. Chery, un gigante automovilístico chino, ha firmado un acuerdo de empresa conjunta con la española Ebro-EV Motors para fabricar coches eléctricos en una fábrica de Barcelona.

 

Según fuentes cercanas, BYD también está considerando ubicar su tercera fábrica europea en España. El gigante chino de las baterías CATL inició en noviembre la construcción de una planta de producción en España, cofinanciada por Stellantis.

 

Pero España quiere más. "A España le gustaría contar con dos o tres plantas chinas en su territorio", afirma Otero-Iglesias. "El objetivo principal de este plan es que España tenga todo el ecosistema".

 

La pugna a escala europea por atraer fábricas y tecnologías chinas de vehículos eléctricos beneficiará en última instancia a los fabricantes de automóviles chinos, que podrán negociar mejores condiciones con sus socios, según Hendrikse.

 

"Obviamente, eso supone una gran oportunidad para los chinos, porque básicamente pueden enfrentar a los gobiernos entre sí", afirma.

 

El plan, que animaba a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos a establecer fábricas en España, también estaba en consonancia con el énfasis de la Unión Europea en obtener la transferencia de tecnología de China y mantener la capacidad de producción dentro de la UE, señala Hendrikse.

 

La UE está considerando un plan "made in Europe" que obligaría a los fabricantes europeos a garantizar que hasta el 70% del contenido de productos como los automóviles se produzca en el país, como parte de un esfuerzo por reducir la dependencia del bloque respecto a China, según informó el Financial Times la semana pasada.


Traducción del artículo original publicado el 8 de diciembre de 2025 en el diario chino South China Morning Post.

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