viernes, 31 de octubre de 2025

España envía al rey a una ofensiva diplomática en China

La próxima visita de Estado del rey Felipe VI pone de relieve las cordiales relaciones entre Madrid y Pekín en medio de las tensiones entre Estados Unidos y China.



El rey de España viajará a China el próximo mes como parte de los esfuerzos de su país por reforzar los lazos con Pekín, convirtiéndose en el primer monarca europeo en emprender un viaje de este tipo en siete años.

 

Según fuentes cercanas al asunto, la Casa Real se dispone a anunciar una visita de Estado del rey Felipe VI en noviembre, en una iniciativa que, según funcionarios españoles, subraya el "altísimo nivel" de las relaciones entre España y China.

 

La visita del rey ha sido organizada por el gobierno de izquierdas del presidente Pedro Sánchez, que lidera la administración más abiertamente favorable a China de Europa occidental, ya que busca fortalecer los lazos económicos con el país a pesar de la presión de Washington para que se mantenga distante.

 

"Asia era la región en la que España no tenía presencia histórica. Si se quiere tener una política exterior global, hay que hablar con todos, especialmente con China y la India", declaró José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español, al Financial Times.

 

El presidente estadounidense Donald Trump ha mantenido una relación llena de altibajos con Pekín desde su regreso a la Casa Blanca. Las tensiones se suavizaron en el último capítulo, el jueves, cuando Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron posponer los controles a la exportación de tierras raras y chips como parte de un acuerdo comercial de un año.

 

A principios de este año, Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, advirtió a Madrid que alinearse más estrechamente con China "sería como cortarse el cuello". No repitió la advertencia en su visita a Madrid en septiembre, cuando España acogió las conversaciones entre Estados Unidos y China que allanaron el camino para la tregua comercial del jueves.

 

Albares insistió en que el acercamiento a China no significaba que España se estuviera distanciando de Estados Unidos. "Tenemos un buen diálogo con China. Tenemos una alianza con Estados Unidos", declaró.

 

Mientras que el rey de España realizará su primera visita a China en 11 años en el trono, Sánchez ya se ha reunido con Xi tres veces en menos de tres años.

 

En los últimos años, la UE ha tomado medidas más agresivas contra las exportaciones subvencionadas de China y ha insistido en una mayor transferencia de tecnología. Sin embargo, algunos gobiernos han tenido dificultades para encontrar el equilibrio adecuado, y el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johann Wadephul, se ha visto obligado recientemente a cancelar un viaje a China debido al aumento de las tensiones.

 

El monarca español estará acompañado por un nutrido grupo de líderes empresariales de sectores como el automovilístico, el alimentario, el energético y el farmacéutico, según un responsable empresarial. Su viaje coincide con el 20º aniversario de la "asociación estratégica global" acordada por Madrid y Pekín.

 

El último miembro de la realeza europea que realizó una visita de Estado a China fue el rey de Noruega en 2018.

 

España está deseosa de atraer inversiones de fabricantes chinos de alta gama, especialmente en el sector de los vehículos eléctricos, donde considera que la tecnología china es clave para garantizar el futuro de la industria española.

 

Madrid también quiere exportar más a China. En los primeros ocho meses de 2025, España tuvo un déficit comercial con China de 26.900 millones de euros, lo que supuso el 77% de su déficit total de 35.100 millones de euros.

 

Las fábricas construidas por China, como la planta de baterías de 4.000 millones de euros que CATL tiene previsto construir cerca de Zaragoza, tienen el potencial de reducir las importaciones procedentes de China y, al mismo tiempo, crear puestos de trabajo. Sin embargo, los responsables sindicales y los expertos en China han advertido de que las empresas chinas se mostrarán reacias a compartir sus secretos tecnológicos.

 

El compromiso de España con China se ha caracterizado por la ausencia de disensiones internas. Por el contrario, la política de China en el Reino Unido, Francia y Alemania ha suscitado acalorados debates sobre cómo equilibrar los intereses económicos con las preocupaciones sobre la seguridad y la excesiva dependencia de Pekín.



Madrid resistió la presión de Estados Unidos después de que los jefes de los comités de inteligencia del Congreso estadounidense criticaran al Gobierno español por firmar un contrato de 12 millones de euros para utilizar hardware de Huawei para almacenar escuchas telefónicas, advirtiendo que estaba "jugando con fuego" y poniendo en riesgo la seguridad nacional.

 

España también está en el punto de mira de Trump por rechazar su exigencia de destinar el 5% de su PIB a defensa, algo que todos los demás aliados de la OTAN han aceptado. Este mes, Trump ha planteado la posibilidad de expulsar a España de la OTAN o castigarla con aranceles.

 

Los funcionarios españoles afirman que no tienen más remedio que establecer lazos con China, ya que la era "unipolar" de la hegemonía estadounidense ha terminado y España necesita mantener buenas relaciones con potencias emergentes como India, Brasil y los Estados del Golfo.

 

Sin embargo, algunos expertos advierten que España corre el riesgo de encerrarse en una relación de dependencia.

 

Juan Luis Manfredi, profesor titular de política exterior en la Universidad de Castilla-La Mancha, afirmó: "China es una potencia neocolonial que intenta aumentar su poder de negociación en cuestiones europeas a través de España, y puede hacerlo porque necesitamos dinero, necesitamos financiación".

 

«España no está en condiciones de plantar cara a China porque carece de capacidad política. No tiene capacidad para coordinar el poder militar, la política exterior y la ayuda», añadió Manfredi.

 

Los funcionarios chinos reprenden habitualmente a sus homólogos europeos por no ser más independientes de Estados Unidos en su política exterior. Durante una visita a Europa el año pasado, Xi elogió profusamente a los Gobiernos de Serbia y Hungría, favorables a China.

 

Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, un think-tank, defendió la postura de España respecto a China y señaló que la UE estaba dividida sobre cómo tratar con la potencia asiática. "Así que, en realidad, todo el mundo está rompiendo filas. España... no se encuentra ni entre los miembros más conciliadores ni entre los más beligerantes".

Traducción del artículo original publicado el 31 de octubre de 2025 en Financial Times.

2 comentarios:

  1. Ofensiva diplomática es una paradoja que no se extrae del texto original. Charm offensive podría traducirse como ofensiva seductora (según Linguee), o bien sugeriría ataque/acción de encanto/seducción. El lenguaje típicamente bélico usado en EE. UU. no podemos traducirlo sin localización.

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  2. La traducción no es una ciencia exacta.

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