domingo, 27 de abril de 2025

Las empresas españolas prosperan mientras las mayores economías europeas se estancan


La energía barata y la inmigración son los motores del éxito 


“El futuro es brillante” es una frase que los líderes empresariales europeos pronuncian pocas veces en la actualidad. Sin embargo, José Manuel Entrecanales, director general de Acciona, se muestra optimista con la empresa española y, en concreto, con la de su familia, que él ha transformado de empresa constructora a otra centrada en energía renovable. Entrecanales se muestra feliz y entusiasta en Madrid, a diferencia de la ansiedad que muestran París y Berlín.

 

La economía española creció un 3,2% el año pasado, casi cuatro veces la media de la Eurozona, mientras que la francesa lo hizo tan sólo tibiamente y la alemana se contrajo. El IBEX 35, que sigue a las empresas españolas con mejores resultados, aumentó un 14,8%, uno de los mejores resultados entre los mayores índices bursátiles de Europa. La industria del Turismo, que fue duramente golpeada por la pandemia, celebró una cifra récord de 94 millones de visitantes en un país de 48 millones de habitantes. Este año se esperan 100 millones. El turismo aporta un 13% del PIB de forma directa y un 20% de forma indirecta, a través del gasto en restaurantes, transporte y comercios. “Es nuestro petróleo”, bromea José García Cantera, director financiero del banco Santander.

 

Muchas de las mayores empresas de España se muestran boyantes. Inditex, quizás el principal éxito empresarial, lleva mucho tiempo siendo uno de los mayores distribuidores mundiales de moda. España también alberga dos de los diez principales bancos europeos en términos de capitalización de mercado (BBVA y Santander), así como empresas líderes en infraestructuras y construcción (Grupo ACS, Acciona, Ferrovial y Grupo FCC). Repsol es una de las grandes petroleras de Europa e Iberdrola una de sus mayores eléctricas.

 

Menos conocidas son las estrellas más pequeñas del país. Una es Sener, una empresa de ingeniería con alrededor de 4.000 empleados radicada en Bilbao. “El 90% de nuestras ventas se producen en el extranjero pero aún nos sentimos muy españoles”, declara Andrés Sendagorta, presidente del negocio familiar. “La demanda en todas las áreas en que operamos está creciendo rápidamente al mismo tiempo”. Uno de los mayores quebraderos de cabeza se produce a la hora de encontrar personal cualificado. Sener está construyendo una terminal de gas y un centro de datos en Alemania. También está ayudando a construir un ferrocarril de alta velocidad desde Abu Dhabi hasta Dubai y otro en California. Y en enero ganó el contrato para renovar cinco aeropuertos en Arabia Saudí.

 

Dos factores determinantes están actuando a favor de España. El primero es la electricidad barata, con precios casi tan baratos como los de América. Hace 20 años España importaba el 50% de su electricidad. Hoy ha alcanzado un alto grado de autosuficiencia aprovechando las energías solar, eólica e hidroeléctrica. Según el BBVA, las acciones de las renovables en la generación de energía aumentaron desde un 45% en 2021 hasta un 65% en 2024, lo que produjo una caída del 20% en los precios de la electricidad. Alcanzar el objetivo del Gobierno del 80% en 2030 implicaría un descenso adicional de un 20%, calcula el banco. Dentro de diez años, alrededor del 90% de la energía que se consumirá en España provendrá de fuentes renovables, prevé el señor Entrecanales.



Según los líderes empresariales, una segunda ventaja ha sido la inmigración. En los últimos doce años la población española ha aumentado desde 46 millones hasta 49 millones (véase el gráfico) y en los últimos seis años la mano de obra nacida en el extranjero ha aumentado en 1,2 millones de trabajadores. Quizás debido a que la mayoría de los nuevos migrantes hablan español y tienen una cultura parecida, la inmigración no ha traído las mismas tensiones políticas que en otros países. Vox, un partido de extrema derecha, hace campaña sobre conflictos culturales (como el aborto, por ejemplo) más que sobre un sentimiento contrario a los inmigrantes.

 

Se espera que siga habiendo altos niveles de inmigración, sin embargo esto ha avivado la demanda de vivienda, que ya sobrepasa a la oferta. Decenas de miles de personas se echaron a las calles de Madrid y otras 40 ciudades a comienzos de abril para exigir viviendas asequibles. Un informe del Banco de España calcula que casi el 40% de las familias que alquilan gastan más del 40% de sus ingresos en vivienda. Durante los últimos diez años el precio de los alquileres se ha duplicado mientras que los salarios han crecido tan sólo un 20%.

 

La empresa española no es inmune a otros problemas existentes en cualquier parte del continente. Es necesario impulsar la inversión y la productividad, declara Rafael Doménech, economista jefe del BBVA. La inversión del sector privado aún se mantiene por debajo del nivel de 2019. Una baja inversión de las empresas afecta a su productividad si no invierten en última tecnología. En los últimos diez años el crecimiento de la productividad laboral ha alcanzado de media un mísero 0,2%, muy por debajo de la media de la OCDE del 0,9%.

 

La incertidumbre respecto a la nueva legislación y regulaciones y una excesiva burocracia, tanto de los gobiernos regionales como del central, disuaden a los inversores, detalla Juan María Nin, del Círculo de Empresarios, un gabinete estratégico empresarial. Además, una frágil coalición liderada por los socialistas ha sido incapaz o reacia a aprobar reformas en favor de las empresas. El mes pasado el Gabinete aprobó un proyecto de ley para acortar la semana laboral de 40 a 37,5 horas sin reducción del salario. Algunas regiones, como Madrid, se muestran favorables a las empresas, otras, como Cataluña, no. La ampliación del aeropuerto de Barcelona lleva paralizada 15 años.

 

El otro Gobierno que causa preocupación se encuentra al otro lado del Atlántico. Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, está tratando de promocionar lazos comerciales alternativos. El 10 de abril fue el primer líder europeo en visitar China desde que Donald Trump desvelara sus aranceles “recíprocos”. También ayuda el hecho de que España exporta menos a EE.UU. que muchos otros países, por lo que será menos vulnerable a los gravámenes de Trump, otro motivo por el que los empresarios españoles pueden estar más contentos que sus homólogos de los otros países europeos.


Traducción del artículo original publicado el 16 de abril de 2025 en The Economist.