domingo, 23 de noviembre de 2025

La economía en auge de España choca con una política estéril

Cincuenta años después de la muerte de Franco, las rencorosas divisiones en el Congreso de los Diputados han ahogado el debate político.


España está llena de orgullo por ser la economía avanzada con mayor crecimiento del mundo por segundo año consecutivo. Pero detrás de ese auge tan vigoroso se esconde una debilidad que sigue pesando mucho: la política dividida de España.

 

Porque, aunque la economía está en expansión, hay indicios de que no está evolucionando lo suficientemente rápido como para mantener el impulso. La tóxica política interna sigue poniendo obstáculos en el camino.

 

La polarización no es exclusiva de España, pero su brutalidad visceral en el país es notable. Otro problema es potencialmente más grave: la preocupante falta de debate sobre las políticas públicas.

 

En otras economías importantes, la política agresiva puede coexistir con debates más sensatos sobre cómo abordar cuestiones urgentes que abarcan desde la educación y la vivienda hasta la burocracia y la inteligencia artificial.

 

En España, los insultos políticos suelen eclipsar las ideas.



Miquel Roca, de 85 años, uno de los dos últimos redactores supervivientes de la Constitución española de 1978, culpa tanto al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente Pedro Sánchez como al Partido Popular (PP) conservador del desierto intelectual.

 

"Se sienten muy cómodos siendo enemigos", afirmó. "Cuando tengo un enemigo, no necesito argumentos".

 

El vacío político y la polarización política se refuerzan mutuamente. Cuando un Gobierno carece de mayoría parlamentaria, como es el caso de Sánchez, el debate político puede servir de puente. Se trata de buscar ideas que puedan atraer votos de otros partidos y dar lugar a reformas legislativas.

 

Pero, dado que las propuestas rara vez se consideran algo más que dogmas, resulta casi imposible sacar a los políticos españoles de sus trincheras. La polarización del país se afianza cada día más.

 

Este jueves se cumplirán 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, que allanó el camino para la exitosa transición del país de una autocracia aislada a una próspera democracia de la UE.

 

Durante esa transición, dijo Roca, él y los demás "padres de la Constitución" lograron moderar la confrontación ideológica entre la izquierda y la derecha. Ahora lamenta que haya vuelto con fuerza.

 

Sánchez no ha podido aprobar un presupuesto desde finales de 2022. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que está perdiendo votos a favor del partido populista de derecha Vox, no ofrece un plan alternativo para España, sino el simple mensaje de que todo sería mejor sin Sánchez.



A pesar del estancamiento político, la economía española está creciendo más rápido que la de sus homólogos: un 3,5% en 2024 y un 2,9% este año. Esto supone un notable cambio con respecto a los días oscuros de la crisis inmobiliaria que comenzó en 2008 y la crisis financiera de la zona euro.

 

Gran parte del crecimiento se ha visto impulsado por la llegada de inmigrantes que han ocupado puestos de trabajo poco cualificados y que requieren mucha mano de obra, pero la economía también ha cambiado en algunos aspectos fundamentales.

 

La implantación de la energía eólica y solar, impulsada por el Gobierno, ha reducido drásticamente los precios de la electricidad y ha aumentado la competitividad. Las reformas del mercado laboral llevadas a cabo por Sánchez en 2022 han permitido que más trabajadores temporales pasen a tener contratos indefinidos, lo que les ha dado más confianza para gastar. España también ha reducido su dependencia del turismo mediante el desarrollo y la exportación de más servicios financieros y profesionales, según Filippo Taddei, economista de Goldman Sachs.

 

Sin embargo, otros obstáculos estructurales no se han abordado, ni siquiera se han debatido seriamente por parte de los políticos.

 

La productividad ha aumentado ligeramente en los últimos años, pero sigue siendo preocupantemente baja, un problema atribuible en parte a la débil inversión empresarial.

 

La educación es otra pieza del rompecabezas de la productividad: las escuelas españolas obtienen malos resultados según los estándares europeos y sus universidades, en general, no se centran en convertir a los estudiantes en los trabajadores que necesita la economía. Su tasa de desempleo, del 10,5%, es la más alta de la UE.

 

La burocracia sigue haciendo de España un lugar difícil para los emprendedores, a pesar de algunas reformas parciales. Y los economistas afirman que la rigidez del Gobierno le ha impedido aprovechar al máximo los 71.000 millones de euros en subvenciones y préstamos de la UE recibidos hasta ahora del programa NextGenerationEU para la recuperación tras la pandemia.



"La intención era estimular la recuperación de la economía y también transformarla", afirmó Raymond Torres, director de análisis macroeconómico de Funcas, una fundación de cajas de ahorros. "Esa parte transformadora es difícil de encontrar".

 

Para los jóvenes, el problema más acuciante de España es el acceso a la vivienda, ya que la creciente escasez hace que los precios de los alquileres y las compras suban a un ritmo muy superior al crecimiento de los salarios.

 

Miriam González Durántez, abogada mercantilista que está elaborando los planes para un nuevo partido político, afirma que es imposible avanzar en materia de vivienda mientras la derecha se oponga a cualquier papel del sector público y la izquierda se niegue a considerar al sector privado como parte de la solución. "Dejen la ideología fuera de la ecuación", solicita.



La prensa española no ayuda. La mayoría de los periódicos funcionan como órganos no oficiales de los partidos políticos, siguiendo la línea oficial sobre la controversia del día.

 

También hay una escasez de think tanks independientes bien financiados, ya que no existe la tradición de que las personas adineradas los respalden. El multimillonario Amancio Ortega, el hombre más rico de España, financia la terapia de protones para tratar el cáncer, no informes sobre la reforma sanitaria.

 

Toni Roldán, exdiputado centrista del ya desaparecido partido Ciudadanos, recuerda que cuando España salía de la crisis de la zona euro, hubo un debate parlamentario sobre ideas como la renta mínima garantizada y el impuesto negativo sobre la renta.

 

Hoy, afirma, la política identitaria y los antagonismos regionales ahogan cualquier intento de hablar de política. "Es como si alguien entrara en la sala con un megáfono".


Traducción del artículo original publicado el 19 de noviembre de 2025 en el diario británico Financial Times.

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