domingo, 24 de agosto de 2025

En casi todos los aspectos, España está haciendo algo bien

Los analistas de Goldman Sachs han coronado a España como la economía que crece más rápido de Europa.

 

Quería empezar esta columna bromeando acerca de que España es el país donde el desayuno dura dos horas, la comida tres horas y la cena cuatro horas, y todo el mundo se sienta a comer y beber comida y vino excelentes mientras se lamenta sin prisas de que la economía crece muy lentamente.

 

Pero esa broma ya no funciona porque los analistas económicos del banco de inversión Goldman Sachs han coronado a España como "la economía más grande de Europa que crece de forma más rápida". Y eso después de que la revista The Economist clasificara la economía española como la mejor del mundo en 2024, cuando creció un 3,5% anual.

 

Goldman Sachs calcula que la economía española crecerá un 1,9% en 2026 y un 1,7% en 2027. (La Comisión Europea prevé que "el crecimiento real del PIB de España se mantendrá sólido en 2025, alcanzando el 2,6%, y se moderará en 2026 hasta el 2%"). Según los estándares estadounidenses, son cifras modestas, pero no muy lejos de nuestra tasa de crecimiento del 2,8% en 2024.

 

¿Se debe al número récord de turistas que, como yo, vienen aquí y se gastan el dinero en toda esta excelente comida y vino? En parte sí, pero según Goldman Sachs, "la recuperación del turismo sin duda fue clave al principio, sin embargo la composición de los servicios en Europa se ha ido desplazando hacia subsectores con mayor valor añadido por empleado (tales como las finanzas, el sector inmobiliario, las tecnologías de la información y las comunicaciones así como los servicios profesionales)".

 

Una economía que depende en gran medida de los servicios puede seguir siendo una economía boyante. Cuando Donald Trump habla de comercio, lo hace casi exclusivamente en términos de bienes: automóviles, productos agrícolas, etc. Sí, EE.UU. tiene un déficit comercial con muchos países en lo que respecta a los bienes, pero también tiene un superávit comercial en términos de servicios con muchos de ellos, como China, la UE, Méjico y Vietnam. Ese superávit compensa parcialmente el déficit en bienes, y es imposible que a Trump no se le haya explicado esto, probablemente en múltiples ocasiones. Sin embargo, por alguna razón, parece que no lo entiende.

 

Goldman Sachs añade: "La economía española también está recibiendo un impulso gracias a la inmigración. El país está acogiendo a más personas en relación con el tamaño de su población que Alemania, Francia o Italia, y la última oleada se caracteriza por inmigrantes con niveles más altos de educación y cualificación profesional".

 

Sí, algunos inmigrantes llegan a un país con la intención de causar disturbios y problemas, las fronteras deben ser seguras, y aquellos que han entrado ilegalmente en el país y no tienen derecho legal al asilo deben ser devueltos a su país de residencia legal.

Pero "inmigración" e "inmigración ilegal" no son sinónimos, y los inmigrantes legales cualificados pueden aportar mucho a la economía. En su primera legislatura, Trump redujo la inmigración legal y, hasta ahora, ha tomado medidas para hacer lo mismo en su segundo mandato.

 

España tiene unos 9,3 millones de residentes nacidos en el extranjero, casi el 20% de la población. Un análisis del Banco de España sugiere que la inmigración "contribuyó en más de un 20% al crecimiento del PIB per cápita de casi un 3% durante el periodo 2022-2024". Cuando conviertes tu país en un paraíso para los expatriados, atraes a mucho talento. El pasado mes de octubre Pedro Sánchez declaró en el Congreso de los diputados: "España tiene que elegir entre ser un país abierto y próspero o un país cerrado y pobre. Es tan sencillo como eso". La tasa de fertilidad del país (1,12) se sitúa cercana a la última posición de Europa, por lo que, si España quiere que su población crezca y su economía prospere, necesita una inyección de nuevo talento, capital intelectual y mano de obra.

 

Ya puedo oír lo que dirá el club de fans del candidato a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani: "¡España está en muy buena forma porque su Gobierno está dirigido por el PSOE!". Sin embargo, en comparación con la mayoría de las economías más grandes y prósperas del resto de Europa, España tiene una ratio de impuestos sobre el PIB bastante baja: En 2023, era del 37,3%, frente al 45,6% de Francia, el 44,8% de Bélgica, el 44,1% de Dinamarca, el 42,8% de Italia y el 40% de la Unión Europea en su conjunto. Esto no quiere decir que los impuestos sean bajos, y menos aún si se comparan con los estándares estadounidenses. Pero también demuestra que la tan envidiada calidad de vida europea no requiere necesariamente tipos impositivos exorbitantes.

 

España tiene sus problemas, sin duda. El país fue un caso desalentador por su negativa a aumentar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB, al igual que el resto de miembros de la OTAN. En junio, Sánchez insistió en que un pequeño aumento sería suficiente para cumplir con el compromiso de España con la alianza: "España necesitará el 2,1% de su PIB para adquirir y mantener todo el personal, todo el equipo y toda la infraestructura que solicita la OTAN para hacer frente a estas amenazas con nuestras capacidades. Por lo tanto, el 2,1%, ni más ni menos".

 

Esto, sin duda, molestará a Trump, pero España se verá menos afectada por la manía arancelaria del presidente, ya que su cuota de exportaciones a EE.UU. es notablemente inferior a la media europea: solo 18.400 millones de dólares en 2024.

 

Si sumamos todo, España está obteniendo muy buenos resultados en la mayoría de los indicadores. No es de extrañar que nadie en este país parezca dispuesto a poner fin a sus relajadas comidas en los bares.


Traducción del artículo original publicado el 14 de agosto de 2025 en The Washington Post.

No hay comentarios:

Publicar un comentario