La seguridad jurídica, el mercado laboral y los costes energéticos frenan la competitividad italiana. Letta: “Italia y España deben convertirse en la Escandinavia del sur de Europa”.
La diferencia no es solo de capital, sino también de puestos de trabajo: en España, los 856 proyectos greenfield han creado más de 72.400 nuevos empleos, mientras que en Italia los 303 proyectos se han quedado en 40.000. “Atraer inversiones requiere un enfoque sistémico, basado en la seguridad normativa, buenas infraestructuras y plazos rápidos”, observa Valerio De Molli, socio director y consejero delegado de Teha.
El estudio identifica los principales factores que hacen que los inversores se decanten por Madrid. En primer lugar, la seguridad jurídica: los procesos civiles y mercantiles en España se resuelven en una media de 275 días, menos de la mitad de los 527 días italianos, con sentencias ejecutivas ya en primera instancia. En segundo lugar, el mercado laboral: la tasa de participación española (80,2 %) supera en 8,5 puntos a la italiana (71,7 %), con efectos inmediatos en la productividad. En tercer lugar, los costes energéticos: las empresas españolas pagan una media de 166,6 €/MWh, frente a los 252,9 €/MWh de Italia, una diferencia que afecta considerablemente a la competitividad industrial.
La distancia se amplía si se analiza la dinámica salarial. En Italia, los salarios reales disminuyeron un 3,3% entre 2000 y 2023, el único caso en la OCDE, mientras que en España aumentaron un 4,9%. La presión fiscal también influye: En Italia los costes laborales son del 45,1% mientras que en España son del 40,2%. A pesar de unos tipos impositivos nominales similares, la estructura fiscal más sencilla y una carga contributiva más ligera hacen que Madrid resulte más atractiva para las multinacionales.
La comparación también penaliza a Italia en términos de productividad, con un descenso del 2,6% frente a un aumento del 3,2% en España. En el ámbito digital, España destaca por la calidad de sus servicios públicos en línea y por la interoperabilidad de los servicios transfronterizos, mientras que Italia adolece de retrasos en la plena modernización de la administración pública.
"Hemos invertido más de 25.000 millones en Italia y 20.000 millones en España en la última década, observando directamente los puntos fuertes y las limitaciones", recuerda Giorgio Busnelli, director nacional de Amazon Italia. "Italia cuenta con una excelencia manufacturera y una capacidad de innovación notables, pero la compleja burocracia y la carga fiscal frenan su potencial". Busnelli también recordó la contribución directa de la empresa: 19.000 empleados con contrato indefinido en Italia, más de 20.000 pymes que colaboran con Amazon, con 4.000 millones de inversiones solo en el último año.
El estudio no se limita al diagnóstico, sino que propone cinco líneas de reforma: modernización administrativa con plataformas digitales unificadas; previsibilidad normativa para proteger las inversiones; armonización legislativa europea para simplificar el mercado único; fortalecimiento de los vínculos entre la investigación y la industria; y políticas destinadas a atraer talento internacional.
"Italia y España tienen importantes complementariedades y podrían beneficiarse de una mayor cooperación", subrayó Enrico Letta, decano de la IE School de Madrid y asesor de la investigación. Sin embargo, "los dos países colaboran mucho menos de lo que deberían y podrían. Tienen tres grandes retos comunes —demografía, competencias y regulación— y podrían convertirse en el motor del Mediterráneo. España tiene una ventaja competitiva gracias a su relación con América Latina, pero Italia tiene vínculos igualmente fuertes: juntas deberían promover el acuerdo con Mercosur y la denominada quinta libertad europea. Deben aprender de los países escandinavos, diferentes entre sí pero capaces de actuar como un bloque único. Italia y España deberían ser la "Escandinavia del Sur", dejar de competir y empezar a integrarse más", añadió el ex primer ministro.
El mensaje de Cernobbio es claro: sin reformas estructurales y sin una cooperación más estrecha con Madrid, Italia corre el riesgo de quedarse atrás incluso en el Mediterráneo, mientras que España avanza con fuerza.
Traducción del artículo original publicado el 5 de septiembre de 2025 en el diario italiano Corriere della sera.
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